Es bien conocido en la comunidad científica el popular dicho ‘publicar o perecer’, que refleja la presión de producir investigaciones como requisito para mantenerse relevante y avanzar en la carrera científica. Esta presión pretende impulsar tanto la calidad como la cantidad del conocimiento científico, desde la investigación básica hasta la aplicada, siendo un imperativo constante para los científicos en todas las disciplinas.
En palabras de Wilson (1942): “The prevailing pragmatism forced upon the academic group is that one must write something and get it into print. Situational imperatives dictate a ‘publish or perish’ credo within the ranks” (p. 197), parafraseando el artículo de van Dalen (2021) titulado “How the publish-or-perish principle divides a science: the case of economists” revela que la obtención de financiación en la investigación es crucial para los científicos, pero esta misma presión podría desviar la atención de otros aspectos también importantes como la enseñanza y la exploración de ideas innovadoras.
Por años este dicho fue una aparente disyuntiva en mi labor como investigador, porque no me veía únicamente en el proceso de investigación-publicación per se, sino también, me inspira conectar las investigaciones hacia el desarrollo de bioemprendimientos, ya que mi interés siempre ha sido transformar el conocimiento científico en valor agregado para nuestros recursos naturales.
A diferencia de la vieja escuela, hoy en día, el científico es también un emprendedor, que busca impactar positivamente a la sociedad mediante el desarrollo de nuevas tecnologías a partir de investigaciones iniciales. Más aún al tratarse de tiempos tan críticos que vivimos postpandemia, donde el científico ya no solo se preocupa por ¿publicar o perecer?, sino más bien por ¿publicar o emprender?
Y es que la investigación científica además de descubrir leyes naturales mediante el desarrollo de nuevas teorías y modelos explicativos, sino también puede impulsar la creación de productos o servicios innovadores para enfrentar desafíos socioambientales.
Tal como lo señaló en su momento el diario Ucouniversitas (2015) en entrevista al decano de la Facultad de Ciencias Manuel Blázquez, donde la universidad de Córdova plantea como objetivo: “Romper la idea de que los científicos solo están en el laboratorio y descubrir todo el potencial de la ciencia, tanto para los alumnos que la estudian, como para el resto de la sociedad”.
